Garabato nunca encuentra el camino, su vida pasa por mil enredos, a veces cuando sale de casa solo da vueltas y vueltas como un espiral, a veces cuando regresa del trabajo su camino es un laberinto, otras rebota de arriba hacia abajo y de abajo hacia
arriba. Garabato se siente perdido.
Lápiz, su amigo, le ha dicho que no se detenga, qué él es muy importante.
¿Importante? Ha dicho sorprendido garabato. Importante eres tu, que no solo sirves para hacer garabatos sino obras de arte.
Tu también eres importante… recuerda que todo empieza con un garabato. Dijo el sabio lápiz.
Con esta pequeña historia queremos transmitir que como padres y seres humanos, a veces nos sentimos enredados, perdidos en un laberinto o dando vueltas en un problema y eso nos hace sentirnos disminuidos. A veces queremos gritar y acabar con todo o preferimos guardar y llenar nuestra mochila de vida,
acumulando.
Aprendamos a mirar sin juzgar drásticamente a nuestros garabatos, regalémonos una mirada con belleza para que estos se transformen. Mira tus propios garabatos con el amor con el que ves los primeros trazos de tus hijos.
Autora: Greta Ormea Schmidt.